Advanced Audio Coding (AAC) es uno de los formatos de compresión de audio más populares hoy en día, y con razón. Ofrece sonido de alta calidad a tasas de bits más bajas, lo que lo hace ideal para todo, desde servicios de streaming a emisiones digitales y aplicaciones móviles. Si alguna vez has escuchado música en Apple Music, YouTube o Spotify, lo más probable es que ya hayas utilizado AAC sin darte cuenta.
Cuando se trata de audio digital, la calidad y la eficiencia lo son todo. AAC logra el equilibrio perfecto entre ambos, ofreciendo una fidelidad de audio excepcional y manteniendo un tamaño de archivo reducido. Por eso es uno de los favoritos de desarrolladores, streamers, emisoras e incluso oyentes ocasionales.
A diferencia de formatos más antiguos como MP3, AAC está diseñado para manejar audio complejo, ya sea un concierto en directo, un podcast con mucha energía o música ambiental de fondo. Con AAC, el oyente escucha más detalles, menos distorsión y una experiencia general más fluida.
AAC se desarrolló a finales de los 90 como sucesor de MP3, y ha recorrido un largo camino desde entonces. Normalizado oficialmente por ISO/IEC, AAC se adoptó ampliamente en diversos sectores y dispositivos. Hoy es el formato de audio por defecto de plataformas como:
La amplia compatibilidad y rendimiento de AAC lo han convertido en el formato preferido de los profesionales del audio de todo el mundo.
El AAC comprime el audio eliminando los sonidos que quedan fuera del alcance del oído humano o enmascarados por sonidos más fuertes, un método conocido como codificación perceptiva de audio. Admite frecuencias de muestreo de hasta 96 kHz y múltiples configuraciones de canales (desde mono hasta sonido envolvente de 48 canales), lo que lo hace increíblemente flexible.
Característica | AAC | MP3 | Opus |
Calidad de audio | Excelente a bajas velocidades binarias | Bueno a velocidades de bits más altas | Muy alto para habla/música |
Rango de bitrate | 8 kbps - 320 kbps | 32 kbps - 320 kbps | 6 kbps - 510 kbps |
Latencia | Medio | Medio | Bajo (ideal para tiempo real) |
Compresión | Más eficaz que el MP3 | Menos eficiente | Alta eficacia |
Asistencia multicanal | Hasta 48 canales | Limitado | Hasta 255 canales |
Soporte de dispositivos | Excelente (iOS, Android, etc.) | Generalizado pero envejecido | Moderado, creciente |
Desglosemos la competencia:
1. Plataformas de streaming de música
La excelente calidad de sonido de AAC a baja velocidad de bits lo hace perfecto para la transmisión móvil, donde el uso de datos es importante.
2. Radiodifusión y radio DAB
AAC es el motor de la mayoría de las emisiones de radio digitales modernas y ofrece un audio nítido en entornos con poco ancho de banda.
3. Plataformas de vídeo en línea
YouTube y otros servicios de streaming de vídeo utilizan AAC para garantizar una transmisión de audio fluida a través de los dispositivos.
4. Juegos y multimedia
Los desarrolladores de juegos utilizan AAC para lograr un sonido envolvente en el juego y un consumo mínimo de almacenamiento.
Si gestionas una plataforma OTT o de streaming, AAC es la mejor opción para ofrecer audio de alta calidad en todos los dispositivos. He aquí por qué:
Compatibilidad entre dispositivos (Android, iOS, Windows, televisores inteligentes)
Buffering mínimo gracias al pequeño tamaño de los archivos
Gran experiencia de usuario con audio rico y claro
Admite contenidos en directo y a la carta
Para quienes construyen una plataforma de streaming u OTT, implantar la CAA es sencillo.
A pesar del auge de códecs como Opus o EVS, AAC sigue siendo una parte esencial del ecosistema de audio. Su equilibrio entre calidad, eficiencia y compatibilidad garantiza que no desaparecerá pronto. Para las plataformas que priorizan una amplia compatibilidad de dispositivos y un sonido superior, AAC sigue siendo un ganador.
AAC (Advanced Audio Coding) sigue demostrando su valía en la era digital. Tanto si eres un streamer, un creador de contenidos o el propietario de una plataforma, entender e implementar AAC puede ayudar a ofrecer una experiencia de audio más pulida y profesional. Y en una era en la que las expectativas de los usuarios son más altas que nunca, la calidad de audio puede ser la diferencia entre mantener a un espectador o perderlo.